miércoles, 3 de junio de 2015

Crónica de un indígena Shuar- Quechua Shirna Yupati (amazonía ecuatoriana)




 Fotografìa de Shirna Yupati (chaman sabio de la selva)  y su esposa



24 de octubre de 2014, a las 9h00, nos recibe el señor Bolívar Santi, en el centro San Virgilio, Organización  social que trabaja por el desarrollo sustentable de la comunidad y el fortalecimiento y revitalización de sus valores culturales, nos cuenta que en el año de 1939 cuando él tenía aproximadamente unos ocho años luego de una caminata de siete días y siete noches en medio de la selva virgen llegaron a éste lugar toda su familia, al que denominaron San Virgilio en honor a su padre Virgilio Santi, indígena Shuar, lugar en el que habitan hasta la presente fecha,

Bolívar Santi, tiene aproximadamente 80 años de edad y es  un hombre pequeño irradia una paz y una seguridad que solo le dan los años, Un hombre de una mirada profunda como la misma selva, lleva en su mente y en su alma todos los secretos que le fueron entregados por medio del arutam de la selva, es el  yáchag  más sabio de la comunidad y reconocido así por todos sus miembros  y el más respetado de toda la zona.

San Virgilio es una comunidad quichua de la provincia de Pastaza que está al interior de la selva amazónica ecuatoriana, a orillas del río Curaray, las familias desarrollan actividades como la cacería, la pesca artesanal, la recolección de frutales amazónicos, plantas medicinales, entre otras, las cuales son consideradas como prácticas esporádicas dentro del  conocimiento cultural y ancestral de la comunidad; dentro de las principales actividades de producción agrícola a pequeña escala, son los cultivos de yuca, plátano, piña, maní, papaya, papa china, papa jibara, maíz, etc.

Bolívar, nos cuenta que un  sacerdote de nombre Islao Marín lo bautizó con el nombre de Simón Bolívar Santi Simbaña, y que su nombre aborigen era Shirna  Yupati, dice que su padre era Shuar que su nombre no lo recuerda, que tenía dos mujeres, que  vino desde Canelos posteriormente pasó al Napo allí conoció a su madre una indígena Quichua y se casó con ella, dice que él es una mezcla de Quichua y Shuar, y que es católico.

Shirna, con la mayor sencillez tuvo la gentileza de compartirnos algunas historias, mitos y leyendas de su gente.



 






Fotografía de San Virgilio en la amazonía ecuatoriana

Tzungui  la boa del río
Relato: Shirna Yupati

Al principio de los tiempos en la selva había una familia indígena que vivía en el Curaray  junto al río, tenían dos hijos un hombre y tres mujeres, una de ellas la mayor  una mujer muy bella de ojos color de la noche y una mirada transparente como las aguas del río, de aproximadamente unos catorce años, poseía una expresión de dulzura y timidez, amiga del retiro y la soledad solía pasar largas horas sentada a orillas del río, contemplando el juego de los peces, sentía como ellos eran dueños de sí mismos, un día se encontraba con una tristeza infinita, y nacido de una de sus lágrimas que caían al río brotó un indígena muy apuesto, con el que surgió una amistad  y un amor muy inocente y bello, él la tomaba en sus brazos y la hacía flotar por  horas en el río.







Su  hermano  salía continuamente a cazar y pescar, y  no tenía mucha habilidad para conseguir buenas presas, un día llegó con un pez casi de su tamaño, lo que hizo que su padre sospechara que pasaba algo, y le dijo, hijo, cuéntame,  cómo obtuviste tu presa?, a lo que él responde que sin ningún esfuerzo podría conseguir en la orilla del río, era como un regalo mágico del río, por lo que sospecha de su padre creció,  pues él como era el más viejo y sabio conocía  la existencia de Tzunki  que era un ser  mitad boa  y mitad hombre y atrapaba a las jovencitas  bellas e inocentes que solían pasar por el río, mediante regalos que entregaba a su familia.


El padre como era yáchag tenía dos espíritus guerreros que lo protegían veían y le ayudaban cuando requería, así que se dispuso a hacer la ceremonia con su hijo y llamar en su ayuda a los espíritus guerreros, quienes le ayudaron a encerrar a Tzunky en fondo del río en una jaula hecha ma madera de la selva y amarrada con bejucos de ayaguashca, para que nunca pueda escapar, desde entonces la muchacha vivió en soledad con una tristeza inmensa y nunca supo que su amor primero  fue condenado a vivir en el fondo del río,  y cada que ella estaba triste el rio crecía con furia indescriptible y se salía de su cauce e inundaba toda la comarca, era la furia de Tzunki al saberla triste.

Se dice que cuando las jóvenes vírgenes van a nadar en el rio curaray se escucha un lamento que viene del fondo,  es el llanto de Tzunki la boa del río que fue condenado a vivir  separado de su amada para siempre.






camino a Arajuno selva amazónica del Ecuador






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